Magnus Carlsen, actual campeón, derrotó este sábado a Viswanathan Anand en la sexta partida del Mundial de Ajedrez, que tiene lugar en la ciudad rusa de Sochi (mar Negro). Ahora, el noruego suma 3,5 puntos por 2,5 del indio, quien este sábado no supo aprovechar un error garrafal de su rival para ganar.
Tras firmar dos tablas consecutivas, el genio noruego, de tan sólo 23 años, aprovechó la iniciativa que le otorgaba el arrancar con blancas para conseguir su segunda victoria del torneo en 38 movimientos. De esta forma, Carlsen, un conocido maestro del juego posicional, recupera la iniciativa que logró con el triunfo en la segunda partida del torneo y que había cedido en la tercera, la única ganada por Anand.
Fiel a su estilo, el indio nunca llegó a tirar la toalla, pese a que bastante antes del final de la partida de este sábado la victoria de su contrincante ya era un secreto a voces, e incluso desaprovechó un regalo de Carlsen, cuyo inesperado error le costaba el punto.
Si el indio fuera capaz de asumir una interpretación benévola de lo sucedido –los genios también yerran; en este caso lo hicieron ambos; y aún quedan seis partidas-, todavía podría remontar, dado que ha jugado bien o muy bien las cuatro partidas que no ha perdido. El problema en este tipo de situaciones suele ser cómo conciliar el sueño de noche y dar prioridad de día a los enfoques constructivos, sin rumiar el fallo a todas horas. Su esposa, Aruna, y sus personas más allegadas afrontan ahora una gran parte del peso en una tarea hercúlea.
"A veces, cuando no esperas un regalo, no lo coges", dijo Anand en la rueda de prensa posterior.
El escandinavo tiene ahora un día de descanso y podría asestar un golpe definitivo a Anand si el lunes, cuando volverá a comenzar con blancas, logra una nueva victoria sobre el tablero.
Anand es un ídolo nacional –hace unos años fue nombrado “mejor deportista indio del milenio”- en un país de 1.300 millones de habitantes, y la presión que sufrió durante el duelo en su ciudad natal, Chennai, en 2013 fue tremenda. Ahora, en Sochi, hay menos periodistas de India que de Noruega, un país de cinco millones de habitantes, de los que dos millones están siguiendo las retransmisiones en directo de las partidas por televisión o por Internet. Casi ninguno de esos informadores entendía nada de ajedrez hace sólo dos años, pero han tenido que especializarse a marchas forzadas para rellenar grandes espacios todos los días. Ningún deportista noruego es ahora más popular que Carlsen.
El Mundial se disputará al mejor de 12 partidas, pero en caso de que el torneo acabe en empate el próximo 25 de noviembre, dos días después se decidiría el título en una muerte súbita, con hasta cuatro partidas rápidas.
Los dos maestros se reparten en Sochi una bolsa de 1 millón de euros, un 60 por ciento para el campeón mundial y el resto para el perdedor.
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